La habitación estaba muy limpia y calentita.

Recomiendo probar los productos locales en la cocina. son deliciosos y frescos, y realmente enriquecen la experiencia.

La habitación era tan pequeña que apenas podías moverte, y los ruidos de la cama sonaban como una orquesta desafinada. Para rematar, la dueña me ignoró cuando pedí un pequeño gesto de cortesía, como una habitación más amplia. Casi escribo una buena reseña, pero después de esa desilusión, ni pensarlo.

Ubicación a 7 min del Mirador del Gresolet, patio interior para relajarse, habitaciones compartidas con buenas comodidades.

La entrada es por cuenta propia, lío con el acceso a internet, escasa oferta de comidas, duchas y baños limitados para el número de huéspedes, no hay flexibilidad en el comedor.

Disfrutamos de la ubicación cerca de Saldes y la tranquilidad del lugar. La cocina local también fue un hit, con productos de cosecha propia que definitivamente hay que probar. María José, la anfitriona, nos hizo sentir bienvenidos.

El frío en la habitación fue un verdadero problema. La calefacción era mínima y el mobiliario escaso. no hay espacio para las maletas.

Las instalaciones tenían un microondas y nevera, lo que facilita mucho la estancia. La decoración rústica del lugar aporta un toque acogedor para relajarse después de un día de exploración.

El frío en la habitación fue notable, la calefacción parecía ajustada a un nivel demasiado bajo para el clima duro, con temperaturas de -6 grados. En un par de ocasiones, las toallas eran más pequeñas de lo que uno esperaría y no había productos básicos para la ducha, solo jabón de manos. El desayuno dejaba bastante que desear. se podría mejorar considerablemente para el precio pago y la limpieza en general no fue la mejor, ni siquiera se retiraba la papelera del baño durante una estancia de tres noches.

relajación en el acogedor patio interior

precio contenido, vistas espectaculares

habitación sencilla

La habitación con vistas a la montaña era espectacular. La cocina tenía productos locales que deleitaron nuestro paladar. Definitivamente volvería a este lugar.

La ubicación es ideal, justo al lado del Pedraforca, ofreciendo vistas impresionantes. María José, la anfitriona, es excepcionalmente amable y se esfuerza en que te sientas como en casa. Aunque la habitación era sencilla y faltaban estanterías en el armario, estaba limpia y bien cuidada. El desayuno, con productos locales, fue un punto destacado. Sin embargo, la calefacción parecía insuficiente y las opciones de comida eran limitadas.

La habitación con vistas a la montaña era espectacular y la cocina estaba equipada con un microondas y una nevera. Además, disfrutar de un desayuno buffet con productos locales fue un verdadero placer. La ubicación cerca de Saldes, al lado del Pedraforca y el Mirador del Gresolet, es simplemente sublime.

Faltaban estanterías.

la ducha por la mañana fue increible! el acceso a internet fue un lio.

Recomiendo para familias que buscan tranquilidad

La calefacción me sorprendió. Aunque al principio pensé que no iba a hacer suficiente calor por el frío afuera, resultó que lo ajustaron bien y estuve cómodo. Y la ubicación es perfecta, así que después de un día de caminatas, poder regresar a un lugar así fue realmente bueno.

No fue barato, pero aceptable para lo que ofrecen.

La cocina comedor tiene todas las comodidades, como microondas y nevera, lo que hace la estancia muy práctica. Además, el patio interior es ideal para relajarse después de un día de caminatas.

Me gustó todo.

relajante escapada de pareja con vistas a la montaña y un bar acogedor que amamos

Las vistas desde nuestra habitación eran increíbles y la zona de bar era muy acogedora. Disfrutamos de una estancia tranquila y relajante.